lunes, 8 de septiembre de 2008

ZARAGOZA



Parecía increíble, yo , que siempre he renegado de las ciudades por su caos, sus ruidos, su despersonalización y su poca y cara calidad de vida.
Pero Zaragoza empieza a gustarme...aparecen zonas verdes donde no las había, puedes montar en bici sin morir en el intento y sobre todo...hay veces que hasta puedes respirar... Por supuesto nada comparable a un pueblo, pero es de agradecer vivir tan cerca de esta ciudad que comienza a despertar. Lástima que las mejoras las hagan para los demás...lo bueno es que los que nos quedamos aquí somos nosotros y no los cuatro que han venido a la expo (aunque digan que son más)...

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