Tristemente puesto en pie acaricias con los dedos la esperanza muerta, la torpeza y la verguenza de este año que no fue ese año que esperabamos tener, y lamentas con miradas lo que no se puede ni explicar, lo que no has guardado porque al no ser lo esperado no quisiste ni archivar ni un solo momento, ni un segundo odiado de este amor impuro y agotado, enfermo y delicado, pequeño y desgastado que se acaba...Este amor se apaga como se apagan los impulsos de tu amor, como terminan los mensajes que me mandas, este amor....se apaga Perdidos los errores , que si antes eran grandes ahora son enormes. Lamentamos no tenernos uno al otro y darnos flores que nos alivien un instante,, cambien todo y nos perdonen. Nuestra falta de cabeza es peor que la pobreza porque no nos ha dejado tener nada, este amor se apaga como se apagan los impulsos , como se apagan los latidos, como terminan mis canciones que no acaban, este amor....se apaga....( Y no sabes lo que me alegro) .
Que Dios me perdone, pero no creo en Dios. No al menos en ese Dios con barbita y simpaticón que nos han pintado, ese ser todopoderoso que nos cuida y nos ama. Sin embargo si que pienso que hay una clase de fuerza mayor que en cierto modo dirige nuestra vida, la configura, y llega más allá de nuestra racionalidad. Ayer me dijeron una bonita frase: -cada vez que me intento alejar de ti ocurre algo que lo impide-. Y lo de bonita lo digo en serio, es frase lleva implicito mucho más de lo que a simple vista puede significar, aunque el emisor de la misma la dijera desde la rabia y con los dardos cargados a herir. Es esa fuerza la que actúa, la que a lo mejor te une a mí aunque no te des cuenta. Mi padre siempre me contaba que a los cerdos en las cuadras les ponian miel y otros manjares, siempre envasados, y como no los reconocian ni podian olerlos se iban al estiercol, que no habia que quitarle el envoltorio , ademas olía bien y era lo cómodo para ellos, lo mecánico, lo que tenían en su cabeza. Yo creo que me lo contaba ya desde pequeña para que me fuera dando cuenta de que efectivamente" cerdo" no es un insulto, ya que hay tantas personas que se parecen a ellos que no sería justo ni apropiado insultarlas con el nombre de tan noble animal que prefiere la mierda por que sí, porque esta en sus genes...
Pues yo me he cansado de luchar contra eso, de nadar contracorriente y de abrir ojos que prefieren permanecer cerrados, el cerdo siempre preferirá la mierda, eso es así, y tendrá que luchar contra esa fuerza mayor que subconscientemente le "tira" hacia la miel. Yo como no soy un cerdo ni un mártir ni estoy aqui para salvar a nadie, ni quiero luchar contra nada...simplemente me voy....
Pero no te has dado cuenta que esa fuerza es el destino, al que llevas un año burlando y ahora se ríe de ti. Carga, carga tus armas y sigue convenciendote...la lucha contra tí mismo comenzó hace mucho tiempo. Intenta limpiar tu conciencia si es que algún día puedes, sólo así seras feliz. El cerdo es feliz en la mierda porque cree que es lo mejor, tú no estás convencido de ello ,¿verdad?
a lo mejor no te pareces tanto a ellos...
Yo mientras tanto voy a hacer como tu....NO TE AMO NO TE AMO NO TE AMO NO TE AMO NO TE AMO NO TE AMO NO TE AMO NO TE AMO NO TE AMO NO TE AMO NO TE AMO NO TE AMO NO TE AMO NO TE AMO...
Los sentimientos no se pueden definir con palabras, pues corres el riesgo de equivocarte al hacerlo. Siempre he tendido a etiquetar y ponerle palabras a todo. Ahora sé que me conozco menos que nunca y a la vez me estoy haciendo amiga de mí misma. Mis sábanas aún huelen a tí y las cortinas se tapan los ojos y se sonrojan, testigos mudas del incendio ya extinguido cuyas brasas laten cada vez mas despacio. Debería lavarlas y así olerán a limpio, pero tarde o temprano se teñirán de nuevo de fuego y sudor. No sé cuando, ni tampoco quiero saberlo, no quiero poner palabras a algo que no puede definirse, así somos tu y yo...dos espíritus que se encontraron en el momento equivocado y que vagamos inseguros mientras nos damos la espalda, quizás temerosos, quizás reacios, quizás anclados a sentimientos a los que un día pusimos nombre y nos persiguen, haciendonos prisioneros. Ahora sé que no sirve de nada cerrar unos ojos que ya lo estaban, ni poner por medio una distancia que no existe, pues el tiempo nos ha demostrado que no sirve de nada dejarlo pasar, pues corremos el riesgo de perderlo. Yo no tengo prisa. La felicidad es como un puzzle, al nuestro quizás le falten piezas, pero la imagen tejida a lo largo de un año se aprecia nitidamente. No busques esas piezas que a lo mejor no encuentras, contempla el puzzle como un todo y a la vez mira sus fragmentos por separado, esos trocitos que hemos ido colocando y que están ahí. Luego sientate en el sofá y respira, sin pensar en aquello a lo que pusiste nombre y no lo tiene. Escuchate a tí mismo y tapate los oídos, después levantate y mira debajo del sofá, quizás ahí estén las piezas que faltaban...
Tras un duro y largo invierno , tímida, lenta y majestuosamente el embrión de una bella rosa se prepara para abrirse a la vida. Parece que la primavera llegó a mi casa y con ella nuevas ilusiones y proyectos. Sacudido por el viento, torturado por el frío y alimentado por la lluvia su tallo se eleva en busca de la luz para florecer a una vida incierta , efímera pero vital.
Anoche hacía una reflexión sobre la fidelidad, lo que me llevó a interesantes conclusiones y duras comparaciones, no exentas de ciertas verdades. De sobras es sabido por todos mi amor por los perros y mi convicción de que su fidelidad y nobleza dejarían en "bragas" a la mayoría de las personas. Bien, mientras de mi mente bullía una mezcla de chispas, decepción y humedad salada pensé en Ringo, en mayo cumplirá 5 años, los cuales ha pasado conmigo y puedo decir orgullosa que JAMÁS le he llevado con correa (exceptuando casos puntuales, claro), cuando salimos él camina a mi lado, se adelanta, olisquea, se retrasa, vuelve a adelantarse, pero sin perderme de vista en ningún momento, pendiente si me paro a hablar con alguien, si cambio de dirección, o si me luxo el tobillo. Si me detengo, se para a mi lado esperando mi movimiento, si llueve vuelve a casa resignado. Muchas veces nos cruzamos con otros perros, fuertemente atados con correas de cuero o collares de pinchos, arrastrando a su resignado dueño hacia un triste arbol donde aliviar sus intestinos y su pena, sin tirar demasiado para no dañarse con la presión que ejercen los pinchos al tirar. Su propietario no le soltará, prefiere andar a rastras que vivir con el miedo a que el animal , al sentirse libre escape, ataque o sea atropellado. Ringo les mira y corretea a su alrededor, los demas le devuelven una mirada desafiante con tintes de tristeza, intentan correr hacia él...pero sus pinchos empiezan a cortarles la respiración. Yo me despido y continuo caminando...Ringo vuelve a mi lado y seguramente pensando a su manera lo mismo que yo: