
A la pastilla diaria que sustituirá a mi malogrado tiroides de por vida he unido la clásica triple terapia antibiótico-mucolítico-antitérmico, a la que he añadido un protector de estómago y un ansiolítico (ya puestos a tomar..)
Así pues, con 6 pastillas en mis entrañas y unas cuantas letras en mi cabeza me meto en la cama con la esperanza de que la química haga su efecto y al despertar ya no tenga mocos, ni fiebre, ni lágrimas en mis ojos....